En la tarde del 2 de noviembre de 2012, Sor Silvia Boullosa (Visitadora del Consejo General), acompañada de S. Nieves Reboso y de S. Rafaela Nevado, visitó el Economato Social “Mª Auxiliadora”; allí la esperaban S. Mª José Cabet y una representación de los voluntarios de este “milagro de la Providencia”.
Tras unas primeras palabras de bienvenida, Sor Mª José pasó a explicar brevemente a Sor Silvia la labor que se está haciendo, y a continuación le fueron presentados los distintos grupos de voluntarios que, como equipos, prestan sus servicios cada día: Cooperadores de San Vicente, el grupo del Ateneo, padres y madres de Nervión, profesores de Nervión y San Vicente, el grupo de ADMA de San Juan de Ávila, los grupos de las Cáritas de distintas parroquias, los que sin pertenecer a ningún grupo de la Familia Salesiana forman parte de esta “gran familia”, grupos distintos unidos por un mismo ideal. Un representante de la Peña sevillista “Solidaridad” presentó todas las actividades que tienen programadas a beneficio del Economato, entre ellas el apadrinamiento a varias familias.
Paseó por las instalaciones y así vio también los alimentos que estaban llegando de la Cruz Roja y que ese mes permitirían ayudar a más de 570 familias. En este segundo local está también la parte destinada al ropero. Mariam y un grupo de voluntarias entre las que se encuentra S. Isabel Bizzotto, ordenan, clasifican ropa y calzados para distintas edades y así dar respuesta también a otras necesidades que existen.
Sor Silvia tuvo ocasión de conocer al grupo de voluntarios que este año llevó a cabo un Campamento de Verano para los niños de estas familias. El regalo de una semana de playa, valores, juegos, sonrisas, amistad y cariño a 34 niños entre 9 y 12 años. También pudo ver los juguetes que en la fiesta de los RR.MM. iban a llevar la ilusión a muchos niños.
Sor Silvia insistió en la importancia de devolver la dignidad a aquel que sufre el azote de la crisis económica y nos animó a seguir con esta labor que busca hacer presente el rostro de Dios, que se hace hermano en el voluntario, en el que no mira para otro lado cuando los demás sufren. Sintetizó muy bien el sentir de todos los voluntarios: “recibimos más de lo que damos”.
Después de visitar las instalaciones se le hizo entrega de una mantilla española. “Yo no tengo nada material que regalar pero sí quiero daros mi bendición” y nos bendijo con una oración hecha canción.
Este momento lo habíamos esperado con gran ilusión, lo considerábamos como un acontecimiento especial y como todo evento significativo, brindamos con el deseo de seguir dando respuesta a los más pobres, pero lo que brotaba desde nuestros corazones era que la realidad económica cambiara y no fuera necesario la existencia del Economato. Sor Silvia nos sorprendió en el brindis con una canción, una vez más se hizo palpable su entusiasmo, sencillez y espontaneidad.
Todos los allí presentes tuvimos ocasión de fotografiarnos con ella pues es sencilla, humana, cercana y entrañable. Una Madre que hace suya esta labor que se está realizando en una calle pequeñita de una zona obrera, que es una presencia salesiana, una Obra del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora que, en estos difíciles momentos, quiere hacer realidad las palabras evangélicas: “Dadles vosotros de comer”.
Nuestro agradecimiento, nuestro afecto, van unidos al ruego de que no olvide a este grupo que se lanzó a una empresa confiando sólo en que “lo que hagáis a uno de estos más pequeños a mí me lo hacéis”, y que al ser hijos de un “gran soñador” soñamos, continuamos soñando, sabiendo que la Virgen sigue “haciéndolo todo”.